miércoles, 28 de julio de 2021

Comentarios Irreales (2021)



Canto Coral para Alejandro Romualdo
 
 
Con dinamita estudié la secundaria en los años 80
como dinamita volaba hacia la escuela
llevando un maletín de marroquín
abría mi libro de Literatura
y la maestra nos hacía leer
                       Canto coral a Túpac Amaru
 
En masa coreábamos el poema
toda la clase de aquel colegio de obreros
          en La Victoria
cargábamos el poema a todos lados
llenándonos de versos la boca
a golpes nos dábamos con los policías
que venían a reprimirnos en las huelgas
cuando el Estado quería quitarnos el pasaje escolar
 
Una vez
y esto fue cuando acabé el colegio y entré a San Marcos
me llevaron a un cuartel militar en calidad de detenido
es ahí que les recité el Canto coral a Túpac Amaru
ellos me pusieron de cabeza
pero yo les recité de nuevo el Canto coral a Túpac Amaru
 
Quisieron arrancarme mis deseos mis dientes mis gritos
pero nada detenía mi recital
me patearon con sus botas
golpes en mis pómulos
clavos en mis costillas
y yo terco o loco
seguía recitándoles el Canto coral a Túpac Amaru
 
Sacaba con esfuerzo mi mejor voz
hasta que cansados ellos de mi tesitura
me coronaron con laureles rojos
escupiendo decían “qué excelente poeta eres”
pero yo les dije que no era poeta:
“solo recito a Alejandro Romualdo
que vive muy solo hace años en su casa de San isidro”
 
Entonces me dejaron libre
pero la libertad ya no era la misma
porque me vi en el centro de una plaza
boca arriba mirando el infinito
boca arriba con los ojos en blanco
 
Al tercer día
los periódicos decían que encontraron muerto
                                        a Alejandro Romualdo
yacía en su casa de la calle Ernesto Plascencia
lo habían golpeado
lo habían masacrado pero no le llegaron a sacar
            sus sueños
el poeta seguía gritando LIBERTAD
            sobre la tierra

sábado, 10 de julio de 2021

Bitácora de la Salamandra (2021)


 (Lo que Dice el Yo a su Otro Yo)

 

                             pienso o divago qué podría escribir yo
                            gusano u homo sapiens
                            con estas piedras hermanadas
                            hecho un teporocho en este recinto del exilio

Hay una ventana en mi cuarto que se moja en la garúa, la garúa que trata de regar el jardín. El jardín es un reino, pero ajeno. El corazón es donde, dicen, recaen o nacen los sentimientos. Yo siento, y desespero, pero mi corazón no me pertenece. Y escribo cuando despierto del sueño. Y sueño cuando no escribo o cuando espero la garúa, cuando la respiración se hace de niño, poquito aire. Salgo a caminar y veo los autos que espero que pasen para cruzar la pista, para seguir caminando sin rumbo. Cruzo muchas pistas, y veo carros que vienen sin lógica, al azar. Y trato de estudiarlos, saber si hay una medida del tiempo en que la pista se hará vacía para cruzar sin miedo a ser atropellado. Veo si el cosmos también tiene su lógica, si hay una medida para saber por qué se mueve así, por qué fluctúa en esa cantidad, por un lado más, por otro menos. Me he pasado años tratando de saber cuánto se mueve el cosmos en lo que dura un pestañear. Y escribo poemas tratando de hallar la respuesta. Saber si el carro pasará en el momento como lo predije con dos días de anticipación. Espero la garúa. Espero el sueño. Y duermo. Y veo en el sueño a dos chicas a quienes les tarareo Kathy’s song de Simon and Garkunfel. Ellas en su inglés natural la cantan también. Y yo quedo fascinado como si estuviera volando feliz en el cosmos. Escucho la canción en las voces de ellas, como dos ángeles que han bajado con la garúa. No hay carros en el cosmos infinito, no hay infinito en el amor. Veo la ventana, cómo cae el agua de mis ojos cuando voy despertando. Y escribo este poema y este es mi reino hecho de palabras. Y, aun así, este poema no me pertenece. (15-8-18)

https://drive.google.com/file/d/1TaRGQgdXU4wV8sxwQ5ZOnwNYDPiJqYpf/view?fbclid=IwAR1YTkOPpSuDIWZ7ZWjPj70rcfI_0dlziLf_5LIpYgN5wq7hangXsKBzeLs

Un Poema para Emily Dickinson (2021)


 
Decían que era una mujer
solo por error de la naturaleza
ella respondía con su silencio
otros se preguntaban ¿qué es?
¿ángel del hogar / niña o loca?
ella respondía con su silencio
le decían el “Mito”
y solo dio una respuesta: “no soy nadie”
y aunque a solas también se llamaba
a sí misma “Margarita”
prefería escribir en silencio:
“trabajo en mi prisión
y soy huésped de mí misma”
 
En esa delgada estatura cabía una cama
un estante y un escritorio
su habitación estaba en ella
mejor dicho ella era la habitación
decía: “aquí está la libertad
la construcción de un país”
y vestida de blanco salía al jardín
a hablar con las plantas
con las aves
y los bichos
acompañada de Carlo    Emily se sentaba
en las hojas de yerba
dando la espalda al viejo Withman
ella solo correspondía a los ladridos
de su perro Carlo
“en soledad todos somos hermanos” - le decía

El Aura (2020)



Finale

 

Escribir es apartarse, es desligar de la carne los apetitos de las supernovas. Los arranques de escribir se someten a escrutinios en cada palabra derivada de un estado de trance, donde la voluntad cede a la manifestación de los glaciares herrumbrados, mientras Ray Charles canta Unchain my heart, liberando las cláusulas del cerebro que se anuda en la frustración de los recién nacidos. Los hijos nacen del cosmos, bajo la mirada de un ciego pionero del rock. Los hijos nacen en blanco, cuando las manos son negras en el teclado de un conjunto de galaxias que se rigen en materia oscura, en energía total de una música etérea con golpes de la batería y trombones radioactivos. Ray Charles Baudelaire es el dios africano que en un lugar del universo se sienta a pescar cometas, meteoritos, estrellas fugaces. En ese devenir de las cosas fortuitas, instaura un pensamiento zen para calcular el tamaño del vientre en la dimensión de la piedra limada por la indiferencia del agua. Una biblia hecha de polvo cósmico, antiguo planeta y nuevo planeta escritos en volcanes y en millones de años que son un segundo. Una biblia que no dice nada para el límite del océano y su campo de batalla de las bacterias humanizadas por los programas racionales de la super producción en serie del arte de carcomer la propia carne. Escribir en el fosco sonido de una nebulosa. Romper los tratados espirituales que enmudecen en el alba, doblando las nucas de los animales mansos durante el frío batallón de fusilamiento. Acabar con las ruinas, derrumbar los malls, volver a levantar las ruinas y liberar a las lagartijas. Ray Charles no ha muerto, está en Andrómeda regrabando sus discos, son nuevos instrumentos, nuevos sonidos, pero es su misma voz. Dejar la cama tendida para renacer otro día. Escribir los últimos juramentos del primer día, hace más de treinta años. John asesinado por la sociedad. Jim naciendo en el desierto de Samalayuca. Tú naces, yo muero. Y Copérnico, Galileo, Kepler, Newton, Doppler, Einstein, Hubble. Escribir la interacción de las galaxias en la balada que no acaba con la muere, donde no hay muerte, solo música. Yo estoy aquí, en efecto, así como estoy ahora, escribiendo. Estoy aquí, escribo, ahora. Aquí. Escribo. Ahora. (6-12-19)

Esquirlas (2019)


 

Big Bang
 
 
Eielson platica con su exilio celestial tal como lo concebían los Románticos en la representación de un espíritu insanto, un claustro a la vez colectivo, un film fundacional. La poesía tiene una prótesis sin la cual no puede andar en una ciudad como Lima, en su esplendoroso invierno de alaridos metálicos que oímos cuando viajamos en bus o caminando por imantadas veredas, efectivamente, tantas veces mentado por la poesía. Pero ¿qué diálogo sordo se entabla aquí? La poesía es un perpetuo tránsito. Y yo pensaba que la década del 90 era una época de cambios, transiciones sin culpas; sin embargo, esas vertiginosas traslaciones de paradigmas, de sensibilidades y de poder, siguen cambiando sin cesar. El tiempo es movimiento repetitivo, con fugas, nada permanece estático. Poesía de pléyade plegable y dable para un corte cortazareanamente enajenable, constituida por fragmentos móviles, conceptos desarmables, como si William Burroughs hubiera sembrado sus ácidas pastillas y se sentase a ser testigo de estas horas al compás del apocalipsis del lenguaje. Y el lenguaje es un cardumen pulimentado que nada en los grandes temas destruidos, sumergidos en esta posModernidad que se mueve virtualmente a la velocidad de una luz no de las embarcaciones de Baudelaire o Rimbaud sino de satélites y naves transreales que constituyen nuevas constelaciones encima de este manto gris limeño. Los poemas son enfrentamientos en una ciudad de fantasmas lumpenescos, de espectros sórdidos: niñas malas y ángeles caídos en el jardín de los cherries. El poeta, entonces, transita estas calles hacia el papel en blanco de Eielson, donde la poesía está callada pero escuchando (con audífonos) a Amy Winehouse, un collage urbano que produce un diálogo con un entorno ahistórico, un fatum que nos remite – visceralmente – a tiempos antiguos de luchas intestinas, de poderes encontrados, de visiones grotescas, representadas en figuras precolombinas, donde lo humano y lo sacro se fusionaban, donde se unía la mística, la épica y la sexualidad. Son conflictos que hasta el día de hoy siguen estampando imágenes en el inconsciente colectivo y en lo que escribo desde 1987.

Memoria de Felipe (2018)


 

“Esta historia empezó cuando Felipe hacía sus prácticas de fotografía. Ella era una guapa estudiante de Filosofía en San Mario, y él dejó los talleres de pintura, no por decepción, sino porque vio que lo absorbía demasiado, tanto que pensó en olvidarse de la literatura aun cuando ya estaba empezando los primeros esbozos de la novela que le haría ganar un importante premio nacional.

Esporádicamente Felipe seguía escribiendo para diferentes periódicos y revistas. Y por tener un horario que le ordenara un poco la vida, y porque su madre le regaló una buena cámara Canon, entró a estudiar en un instituto de fotografía. Había descartado los caros. Se decidió por uno del Centro. Sus clases se sucedían entre las marchas que, poco a poco, irían cobrando más fuerza y empujarían a la dictadura hasta su caída.”



Manifiesto (2016)


 

SeppukA
 
                    tu escritura es perforación
                    de un campo calcinado
                    luego de un bombardeo
                    ¿qué palabra es inocente?
 
en este lapso hay que conversar
con las piedras con el aire
son seres irreales que encienden un cigarrillo
cuentan su dinero - no deben sentir hambre
sin poder levantar mis pies de la hierba
pienso que hay un lenguaje
que puede nombrar las cosas vivas de este reino
 
una montaña a muchos kilómetros se impone
a esta bella forma de conocimiento
porque sin esa imagen
todo sería destrucción oscuridad violencia
siempre lo he escrito así: deseaba seguir al sol
     como a un padre
pero este Arte me llevaba a la más terrible
metáfora de la muerte
 
escritura de piedra alimentándose de piedras
cuando este poema fue destruido
ahí mi vida se acabó
porque la piedra era agua era madre
y todos los caminos ya fueron transitados
por los guerrilleros
la escritura era un destierro y la poesía una piedra
que quería volver a ser agua aire y pues hermano
hasta aquí has llegado
hasta donde termina la belleza y comienza lo real

El Hombre Elefante y Otros Poemas (2016)

 


El Fenómeno del Niño
 
 
Un niño yace en su cama
despierta en la noche
imagina las estrellas afuera
a miles o millones de años luz
imagina a una niña más allá
más lejana aún
 
luego recuerda el partido de fútbol
la clase de religión en el colegio
el viaje a pie al colegio
 
siente el olor de la tierra mojada
piensa que dios está llorando
reza por dios
para que siga llorando o llore más
y así se riegue más su ciudad
y haya más plantas
 
luego se queda dormido

Diario Animal (2016)


 

La Salamandra
 
 
Hace tiempo quiero escribir este poema
ya solo quedan algunas imágenes de aquella vez
que lo avizoré o concebí mentalmente
pero la sensación persiste la necesidad
de sacarlo al mundo (al papel convertido
ahora en computadora) y eso es lo más
importante para alguien como yo
que aun cree en el antiguo arte de la belleza
 
Vivo en la poesía
de niño no lo sabia
ella estaba hecha solo de silencio
pero luego (a los 17 así) se hizo de palabras
simples palabras como estas
 
Yo vivo aquí
en este poema que no escribo
sino que se hace visible ante la luz del mundo
una revelación matutina
con música de Schumann acompañándolo
y fríos pájaros afuera
allí afuera de esta ventana
que me deja ver un cerro ---árboles
postes de luz aun prendidos
habitar un poema es asombrarse de esa luz
 
Yo viví en Apolo
viví en El Paso en Durham en Logroño en Juárez
viví en tantas calles amparado
de día por el sol
y en las noches por la luna
padre y madre de la poesía
padre Jov y madre Yo
dónde viviré
cuando mi cuerpo se haga de cenizas
atravesando la casa de la luz
 
Hace meses vivo en la calle NN
no existe esta calle
no existe la poesía
escribo en una vieja computadora
Compaq & Dell
escucho a Schumann en una vieja radio Wilco
la poesía es tan antigua como el amor
y el amor es lo que perdura
entre las húmedas arenas de una playa de neblina
 
Habito una casa de madera
es tan pequeña que más pareciera
estar hecha para una salamandra
aquí se habla con silbidos de pájaros
aquí se mide el tiempo con el crecimiento
del pasto y las hojas
 
Yo que he vivido entre muchas lenguas
agradezco ahora este aire sublime de alas
y sombras verde hormiga de los cactus
por eso renuncio a la poesía
renuncio a la seguir escribiendo este poema
el agua supone un cielo
abro la ventana y me contento con todo
 
Yo usurpo la sombra
 
(24-abril-2014)

Escrito en los Afluentes (2015)


 

El Muro
 
 
no hay dolor
que no sea un paraíso
o ciudad extraviada de poetas
estancias de vagabundos y plazas
habitaciones de buses y trenes
tampoco el cuerpo tirado en la noche
solitario baúl echado de un naufragio
de migrantes campesinos obreros
canciones aprendidas en la infancia
 
el dolor nos mantuvo unidos
unos segundos después de la luz nuclear
luego de que el pájaro cantara en su rama
su amor brotó de una tienda de marroquíes
al nublado cielo de siluetas de fábricas sombrías
 
un invierno era derrotado por un mechero
nuestros pasos iban en círculos
(la redundancia del vacío se hacía dios)
peregrinaje de hormigas negras
masticando la mala hierba
yo era mi cuerpo y mi cuerpo era el invierno
calles que apuñalaban por atrás
moribundos hostales donde asomaban
los condenados a la muerte
la pena capital de una culpa en un ghetto
 
porque toda muerte es historia
y la historia se alimenta de sangre
y era la voluntad del poder
la determinación de un cielo repetido cada década
una reescritura manchada de inefables dioses
pero solo Hölderlin hablaba con los dioses
nosotros solo recogemos cosas perdidas en la playa
pequeños objetos que esperamos tengan significado
el brillo del lenguaje en un cuadro del Renacimiento
 
(vivir es exiliarse
escribir es salir del exilio)
han pasado siglos de matemáticas
la velocidad del ojo atraviesa lo divino
no lo ve
un beso de Medusa determina la quietud
de toda escritura
¿y la guerra predeterminada?
toda guerra es perdida
todo amor es ecuación
no cabe duda que la cinematografía
está desprestigiada
o es la voluntad de fenecer en la imagen
de un caracol tirado en la arena
que apenas puede guardar su mito
su canto en un tono menor del siglo XVII
restos deshechos
una peluquería una cafetería una boutique
 
durante años se inoculó sangre a una ciudad
las fauces de los potros daban aliento
a las fiestas
el Poder decretaba qué era la felicidad
daba sentencias
fusilaba por atrás del muro
una luna con soldados
con bruñidos ángeles emborrachándose
sin noción de quién había ganado la guerra
 
la forma de la historia tiene la intensidad
de la locura
el exterminio es un lenguaje austero
la misión del poeta es escrutar
la insania voraz del tiempo
(el delirio perdido de su noche dejó
una llave en la puerta de un poema absurdo
su huella digital fue un crimen perfecto)
 
el Tiempo es una canción de Pink Floyd
dura como ocho minutos
el Tiempo se mide por el gozo
o por el dolor
su escritura es un afluente del río Neckar
donde el poeta alemán hablaba con los dioses
“tocado por Apolo”
y la cimiente de su herida se perfilaba
como cisnes que no hablaban
otro idioma que el del dolor
dolor de niño abandonado
dolor de prostituta enferma
dolor de ilegal arrinconado
en la frontera de un país o un muro
 
en cada intento de cruzar
un corazón se plasma en el muro
es la forma real de la realidad
la dimensión de los planetas alrededor del dolor
el poeta pensó que había amado a Diótima
pero la muerte es la pregunta
que lo cuestiona todo
y abre el invierno con hojas para escribir
y ahí responder algo que ya no existe
que fue
y el resto del tiempo es divagar en cafés y bares
(Martín Adán se sentó a beber
en una weinkeller del centro)
 
la locura brotó de los árboles
en los ojos de Hölderlin
vio a poetas que vendían su última palabra
por relámpagos de cisnes muertos
las estadísticas dicen que más morimos de amor
pero eso también es mentira
una farsa
una pantomima
saber que el lenguaje no es confiable
permite creer en el Arte

Pequeño Libro Musical (2012)


 

"Francisco era un anciano que vivía en una vieja casa a las afueras de la ciudad. Era una casa demasiado grande para un hombre solo. Pero Francisco no siempre fue un hombre solo. Alguna vez tuvo familia, esposa y cuatro hijos. Sus hijos eran ya grandes y vivían muy lejos, cada uno tenía su propia familia. Su esposa, Susana, había fallecido hacía cinco años.
 
El anciano no era como los viejitos de las historias que a uno le contaban de niño, no tenía barba ni usaba lentes, y no caminaba lento ni encorvado. Para su edad era aun ágil, fuerte e, inusualmente, la contextura robusta que tenía lo ayudaba. Quizás la razón de su vitalidad era que nunca tuvo vicios; siempre fue un trabajador incansable.
 
Desde que Susana murió sus hijos nunca volvieron a la casa familiar. Vivían muy ocupados en sus trabajos y la crianza de sus hijos. Sin embargo, Francisco no tenía resentimiento hacia ellos, porque reconocía que él, también, siempre fue así. Poco a poco se fue desvinculando de su familia; es decir, de sus hermanos, tíos, puesto que sus padres murieron muy tempranamente.
 
Antes, la gran casa tuvo un bonito jardín que cuidaba doña Susana. Ahora, todos los días, Francisco, al salir el sol, se levantaba, caminaba a su balcón a mirar cómo había amanecido el día, se persignaba, y veía con tristeza, cómo se había deteriorado el jardín. El nunca le había dado importancia, ni lo regaba, siquiera; era el jardín de su amada esposa. Pero ahora no podía evitar darse cuenta lo muy abandonado que estaba, era casi puro terral."

El Parque de los Niños Perdidos (2012)


 

“Dos hermanitos vivían en una casa grande y encantadora a las afueras de la ciudad de Lima. Apenas se llevaban un año. Ya no recordaban en qué momento fue que se pusieron aquellos raros apodos, pero sí lo que significaban. Marcos, le decía a ella Malcon por “mal contenta”, porque desde muy pequeña, poquísimas cosas le alegraban la vida. Y Muriel le decía a él Malque por “mal querido”, pues cuando se irritaba, se quejaba de que sus papás no lo querían. Gustaban pelear a cada momento, ella se burlaba de las pecas de su hermano, y él, de las trenzas de ella. Si las discusiones se hacían más calurosas, Marcos se empeñaba en demostrar su mayor tamaño y fuerza le bastaba un jalón en sus trenzas y ahí acababa la riña; pero la diferencia más importante entre los dos saltaba a la vista, mientras el niño no hacía más que jugar en la computadora, ella pasaba horas pintando, armando rompecabezas o inventando juegos. Es por eso que el niño la llamaba “aburrida”; Muriel se molestaba y otra vez empezaba la pelea.”

Todos los Trágicos Desiertos (2010)


 

el Greyhound: escribir un poema es colocar una piedra en cualquier planeta abandonado


          pálida 
         una flor  
         en la vereda
         alguien dejó    
        el bus se detiene
        ella no sube     
        el bus se va


debajo del sol
los campos
Free Way Entrance / Interstate 5
ahí se iba el país
como un tractor evaporándose en las mitades
(la madre con sus dos niños en la otra fila
se arrullaba en la ventana
y la muchachita morena a mi lado cruzaba sus piernas
y buscaba una mejor canción en su discman)
hace veinte años yo vivía al sur de Texas
una noche se detuvo la luna en el cuarto menguante
y a mi cuarto entró un ángel
yo tenía la televisión encendida
mirando colores por todos lados
escuchando las trompetas del infierno
mientras fumaba mariguana
hola Jack _me dijo ella
dejó sus alas al pie de la cama
y sin tocarnos hicimos el amor
después de veinte años la recuerdo
y aún sigo oyendo las trompetas del infierno
árboles derruidos del país irreal
que sembraron nubes por el horizonte
aún suceden cosas mágicas
los días lunes _ me decía ella
aún pienso que alguna mano mágica
pone las cosas en su lugar
tengo esperanzas pero no sé de qué
decía desconsolada
mientras se pintaba de rojo los labios
el paradero estaba en mitad de la Ruta 90
dobló el bus por el One Way
líneas amarillas y blancas de N. Dodge St.
¿de qué mundo eres? _ me dijo la muchachita morena
de pecas en los hombros
yo la recuerdo entre casillas de correos
de St. Mathias
entre golondrinas de Gilbert St. y College St.
yo la recuerdo en mi esquina
obstinada en que llegue su bus
bonitas chicas de Iowa _ me decía
yo también estaba esperando el bus
entre saucos y sueños pequeños como haikus
ahora respiro hondo el aroma de sus labios
ahora ella se duerme en mi regazo
afuera un tronco tirado
que parecía una vaca herida a lo lejos
me muestra su desolada flor
¿de qué hablaré en esta época
en que ya no suceden grandes desastres?
bajo el puente Mar Butter
las ratas mastican sus venenos
del silencio se extrae la palabra
de la palabra se extrae el amor
del amor se extrae el sueño o el olvido
del olvido se extrae otra vez el silencio
el mundo poético de Whitman era el arte
que diseñó la guerra de secesión
aún había romanticismo luego Poe
más tarde Pound y Wiliam Carlos Williams
Ginsberg ¡Usura! madre de Nueva York
demolió el sueño americano
en los molinos de la Mancha
entre las reses de Arby’s estábamos
cuando de mi sueño salió Naomi
estamos llegando _ me dijo ella en otro Estado
yo había ya perdido toda noción
viajaré hasta que seas realidad
le dije a Naomi y ella encendió otra vez su discman
abrió la ventana y se convirtió en un ave pequeñita
bajamos un rato al Mac Donalds de Rock Springs
como un lenguaje épico busca a su héroe
Naomi se sentó a tomar Coca Cola
perdida en su selva
nevados de Morgan hacia Tramontan
y las montañas blancas sobre casitas azules
y las ovejas y los caballos así como la Powder Montain
el silencio hablaba por los muertos
ellos viajaban en el ferrocarril de la Union Pacific
desde la Oroya
ellos me podían ver pegado a la ventana en Wood Cross
o acariciando a Naomi en la estación de Utah
pero ella voló en otro bus rumbo a Idaho
la vi entre los demás cadáveres
la vi con sus abuelos venidos de Africa
un granjero me preguntó si la muchachita
era mi esposa
no _ respondí
es que ella antes de subir al bus
sacó de su abrigo una foto tuya
sin querer la vi disculpa que me entrometa
es que ella estaba llorando me dio tanta pena...
no la volví a ver
¡Naomi Naomi Naomi!
bajo los carteles verdes del Highway
bajo la mortecina luz del baño
ella se pintaba los labios
yo llegaba a Lake Salt City
todo el tiempo la esperé entre canciones
todo el tiempo estuve soñando con las reses
eran tantas que en fila cubrían el país
me había hecho una idea del amor
me había hecho una idea de Los Estados Unidos
había hecho un poema sin retorno
“La tierra, ella me basta”

Dantes (2010)


Oración Ante el Cadáver de Elvis


dios que habitas en los desiertos
en los espíritus perdidos por calles oscuras
conduce a este cuerpo inerte hacia su paraíso
no lo dejes caer en la tentación de volver
a la vida a los aplausos y a las anfetaminas
si alguna vez lo viste en un bar totalmente
borracho y maldiciendo la suerte de su corazón
perdónalo porque nunca supo lo que hacía
si lo viste muchas veces hacer lo mismo
en miles de bares de Tennesse perdónalo
mil veces porque así como lo hicieron rey
murió muy solo
igual como murió tu unigénito en el Gólgota
yo sé que si lo oyeras bailarías sacudiendo
esa barba sureña y cimbreando tu pelvis
al compás del rock de tu cárcel infinita
dios todopoderoso creador de la música de los 50’s
oye esta oración que es la única que he compuesto

El Ultimo Viaje de Camilo (2009)


 

“Escuché por primera vez el nombre de Camilo en la voz de Gabriela. Un poco triste me dijo que había conocido a un estudiante que falleció al poco tiempo de terminar la maestría y marcharse de El Paso. Aquello fue el tema de conversación en las primeras semanas del semestre pasado. Gabriela lo conoció cuando él ya terminaba el postgrado. Ella era una de las nuevas alumnas becadas. Veía a un joven peruano, aunque no muy alegre, sí agradable, con quien podía conversar de todo. Lo malo, me contaba Gabriela, era que cada vez más iba solo lo necesario a la Universidad. Poco se le veía ya en las reuniones sociales, siempre presentaba una excusa, cosas como que estaba muy ocupado acabando su tesis.”

Libro de Exilio (2009)


 
Ecce Homo: Nerval
 
 
las formas de lo inmóvil
son los significados de lo eterno
el poema que guardas en la mente
de lo irreal a lo real o de lo real a lo irreal
es un hombre orinando al borde del abismo
y ese hombre eres tú Nerval
poeta reflejado en los ojos de las ratas
que escuchan y olvidan tus palabras
solamente existiendo en un puñado de cabellos
y papeles tirados en el piso
tu cuerpo disgregado alargándose como la sombra
de una vela derretida  
un cuerpo abrazado a una oscura realidad
de explosiones y disparos
un cuerpo que solo da vueltas alrededor
de lo que fue una época
que solo camina en busca de cigarrillos
pues ese ha sido el pretexto
para escapar del bar
tus pies dan pasos en la nada
tus pies son ecos que se pierden en las telarañas
y las arañas te esperan allí detrás de los artificios de la luna
que arrojó su ejército de dioses y perros sobre las calles
(el olor de los muertos no solo aquí aún queda en los rincones
en la naturaleza muerta de una manzana porque hay miedo
hay miedo en los ojos de las arañas y en los tibios alientos
innombrables)
imagínate que estás muerto
imagínate que lo arcano tiene sus raíces en tus intestinos
alcoholizados de amor
imagínate que caminas y caminas y no vas a ninguna parte
tus piernas no te obedecen: te han matado
morir es una calle donde luz y tiniebla avanzan
y se arremolinan
morir es un silencio alto depositario de todos los lenguajes
morir es la noche en una ciudad adonde llegan
todos los caminos
las ventanas están cerradas
sólo en una de ellas alguien te mira
alguien semejante a ti
con tus ojos y con tu sombra

Los Desmoronamientos Sinfónicos (2008)


 

al borde de la noche todo es inútil

 

esas horas esas largas horas tras los recovecos y las tumbas luminosas y los números de hoteles. con la punta del dedo índice la penetrarás toda a la vez esta soledad claro está espuma de las horas sudor de las horas mientras oyes que alguien se masturba en la iglesia mientras se busca un lugar lleno de cipreses y mirtos mientras el frío se pierde como un barco y el recuerdo se convierte en un arte solitario. esas horas sucias donde pasan arroyos de pesares carretillas de azucenas basura en tropel con sueños y autos deseos y los histriones de la angustia las palabras. y algunos pasan por mis ojos de roca y de agua y otros por mis ojos de planta y de sol. pero ya no sé si camino o viajo en microbús. aquí la senda oscura donde un vendaval ácido arrastra la ambrosía luminosa amedrentando los augurios. la noche es un simulacro y su sombra de viejos edificios en las esquinas llaman los antros férvidos tocan claveles inflamados nardos metálicos. mis pies crean palabras porque saben que estoy llegando. esas largas horas solo palabras bajo los árboles negros. hay quienes beben el numen silábico el mismo veneno que brama. otros arrastran sus ojos de zafiro en esos abrojos con sus trémulas manos y esos despojos del fuego extinto. escucho tu suspiro convulsivo gimiendo que me dice “a veces soñaba ese algo en las ondas entumecidas ese algo en los recintos pardos”. el vacío me abraza ahora porque tú así lo has querido pero ello puede ya ser pasado. este poema es pasado. solo palabras donde tú no estás nada puede negar esto. nuestros ojos son inútiles ahora y en la hora de nuestra muerte (lima, 30 de mayo de 1991)

Himnos (2008)

 




130] estaba sentada en la esquina pequeña con sus arrugas
        dormitando al lado de sus bolsas
        las manos juntas cruzando los dedos
        la gente pasaba bajo la noche vacía
        apenas la vi quedé paralizado / el lado invisible del universo
        radicaba en la indiferencia hacia la anciana
        ella con su mandil sucio sus zapatillas rotas de niña
        sus cabellos blancos que salían del gorro
        mientras la gente mataba y moría
        vivía entre los carros en ese atolladero del semáforo
        yo me enfrentaba y me aniquilaba
        las casas se descascaraban en cámara lenta
        en el ángulo obtuso entre el cielo y el infierno
        quinientos diez dicotiledones como versos de ningún poeta
        encontraban sus respectivos corazones arriba en las estrellas
        la anciana miraba la avenida y dormitaba
        así fue que vi a dios

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viernes, 9 de julio de 2021

Hotel Lima (2006)


 

“Me senté en una banca de la avenida Colmena, la avenida del cloro eterno como la llamaba un joven poeta que conocí y que terminó matándose arrojándose a un tren en Buenos Aires. Yo estaba ebrio, sentado en esa banca, tranquilo, deleitándome con el devenir de las cosas entre los noctámbulos, insomnes como yo; quizás muy dentro de mí deseaba caer en ese devenir absurdo, siempre tuve esa tendencia. Los minutos pasaban tranquilos hasta que una chica hizo su aparición. Primero sentí su presencia atrás de la banca, luego sus pasos en círculo, finalmente se situó frente a mí. Contra todo lo que se dice, yo no soy una persona demasiada huraña. Por eso no me molestó que ella me tapase la visión sórdida de la avenida. Levanté la mirada y me sorprendió lo que vi. Era la muchacha más fea que había visto en mi vida. Sin decir nada, lo primero que hizo fue invitarme un cigarrillo. Yo lo recibí atraído por alguna extraña fuerza, estupefacto. Me lo puse delicadamente en la boca, sin quitar la mirada a ese rostro verdaderamente grotesco. Luego ella sacó una caja de fósforo y lo encendió. Noté que tenía vellos largos en el dorso de la mano. Temerosa la muchacha, que tendría como unos veintidós años, se sentó a mi lado. Su pelo negro, grueso y sucio, se le caía por la cara. ¿De dónde habría salido esta criatura?, me preguntaba desde el fondo de mi borrachera. ¿Algún demonio, aún desconocido para mí, me la habrá mandado?, buscaba una explicación.”

El Paso (2005)


“Desde niño me gustaron las canciones folk norteamericanas: el country. No sé a qué se debe ese raro gusto para alguien que es del sur de América; de hecho algunas cosas aparecen de la nada, sin que intervenga la herencia genética o la influencia familiar. Sospecho que ha de haber sido por algunas películas que veía en la tele. Y eso que yo no veía mucha televisión. Los pocos momentos que me permitían hacerlo eran para ver el western de John Wayne o de la serie de El Gran Chaparral. Me gustaba ser Manolito cuando jugaba a los vaqueros con mis amigos del barrio. Pero estoy seguro que no a todo el mundo le gusta aquel tipo de música, aun cuando, a diferencia de mí, son fanáticos de estas películas. Yo no soy fanático de nada, sólo digo que me gusta el country porque viene al caso, así como, por otra parte, me gusta Beethoven o Pink Floyd o Chacalón.”

Heautontimorumenos (2005)

 



Soledad de Dos

Yo me aferraba a su cuerpo       para salvarme de mi naufragio
sin que ella se diera cuenta
ella de espalda a mí         su cabello recibía la luz de la calle
que entraba por la ventana
yo la miraba largamente        y a veces lloraba
otras veces besaba sus cabellos
y todo aquello sin que ella se diera cuenta
respiraba la piel de su clavícula      sin hacer ruido
colocaba mi brazo por su cadera      ella se movía un poco
flexionaba una pierna        o movía ligeramente la cabeza
emitiendo un gemido
como de aves blancas
ella dejaba que yo hiciera todo       lo posible
para salvarme de mi naufragio
con la única condición
de que no la despertara
y así era hasta el amanecer       yo llegaba a la bahía
y desde ahí       con el sonido del agua       
la veía alejarse sin prometerme nada 

MDIH (2004)


 
Spunks (II)
 
 
Ella era una punk.
Estaba en el suelo,
en la basura
de la pared trasera de un edificio del Centro.
Bebía un trago letal, pero lleno
de Iluminaciones de Rimbaud,
Paraísos Artificiales de Baudelaire,
y algo horrísono de Juan Ojeda.
 
Su vida había sido un rock
con la cara en la ventana
tratando de escapar de una fuerte manifestación
del alma.
La ciudad empozada de llanto, la ciudad sin Dios,
un coro de autos estrellados
en el corazón de un perro tirado en la pista.
La desilusión se apoderó de sus pupilas,
navegó hacia costas oscuras
donde extraños hombres la tomaban de la mejilla,
donde dejó su silueta en los ladrillos rojos
de todos los crepúsculos.
 
Lo había agotado todo.
Su vida duró como la niebla
avanza en el primer día de invierno.
Sí, su sueño fue probar la lengua
de otro sueño, y luego dejar que suene la radio
toda la noche.
 
No tuvo fin, ella no tuvo deceso,
apenas fue como una gota del cielo sin lluvia.

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Las Ciudades Fantasmas (2002)




 
 
Mamá llevaba siete corazones
y un sol cuando la conocí.
 
Esto sucedió por el año 1970, tres años más quizás.
Mamá tenía brazos blandos, suaves y fuertes.
En su fortaleza, poco a poco, fui escudriñando.
 
Mamá enseñaba.
Ella me enseñó a oír el silencio de las estrellas.
 
Un día ella me golpeó en la cara, junto a la nariz.
Obviamente, yo Yoré.
Pero aprendí que la vida es un largo camino
hacia la contemplación.
 
Mamá me hablaba de un pueblo pasado.
Las historias las iba tejiendo como un manto
que nos iba cubriendo en los inviernos.
 
El tiempo pasado no tenía un monumento
en la plaza del pueblo.
Pero los niños hacían figuras
con el barro arcilloso del río.
Mamá nos hizo de ese barro, y nos dejó volar
hacia el pasado muchas veces.
 
¿Qué diría ella, ahora
que me encuentro lejos de todo
y he perdido las alas?
 
Mamá me llevaba a la feria.
Yo Yoraba de todo.
Por eso ella me llevaba a jugar con los niños
que no lloraban.
 
Una tarde me perdí entre los cajones de frutas.
Pasé la barrera de los pájaros.
Yo escuchaba un tema de los Beatles.
Me perdí entre los mendigos.
 
Cuando estaba a punto de salirme de mi cuerpo
oí la voz de mamá.
Me sujetó de una mano. Y camino a casa,
yo comprendí que bajo la luz del mundo
no había nada que temer. 
 
Vamos al sol, decía.
O si no, de noche, vamos a tomar aire.
El tiempo pasado ya estaba escrito en las estrellas.
Y la casa crecía mientras subíamos a la azotea.
 
Pasaron años.
Muchas explosiones veíamos desde la azotea.
 
Madre, déjame ver las explosiones, le decía.
Si vas, hijo, se apagará la luz en un segundo.
Madre, si no voy la luz me enceguecerá.
Pero si vas, tal vez ya no querrás volver.
 
Mamá lloró en sus siete corazones.
Por cada corazón un Ave María.
 
El tiempo pasado se apoderó del presente.
Los niños que no lloraban ya no jugaban en la feria.
Tiempo después ya no hubo feria tampoco.
 
Mamá trataba de hallarme desde la azotea.
Con tanto ruido yo no podía oír su voz.
Perdí la luz.
Perdí el camino.
Por eso ahora escribo este poema. 

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