Retrato
de Víctor Humareda con Dones Blasfemos
La
tarde se ha perdido con un dolor en la espalda
y qué silencio hay cuando las cosas no reflejan nada
las oscuras calles de un corazón abatido
tienen un sabor a extrañas frutas entre ratas silenciosas
sólo ojos se reflejan
mirándose entre sí
aquí las palabras son precisas
apenas para sostener el peso de un cuerpo
Pero el artista habrá de conocer el color la forma la armonía
“la composición de la realidad que lo rodea”
porque hay esperanza al doblar esta esquina
dejar los dolores de muchos días en un obscuro sueño
en el umbral de las cosas vacías
porque hay esperanza de verlo en su ventana ubicua
del Hotel Lima en La Parada
meditando como un monje que ha encadenado su rebeldía
extrañando los labios de Marilyn
en la ebria circunvalación de una rosa
un reflejo inusitado del tiempo ingrese por nuestras ventanas
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